Ha fallecido el gran José Sazatornil, conocido por todos como Saza. Desde esta página envío un abrazo muy fuerte a su familia y mi más sincero pésame. Saza y Cassen fueron muy amigos a pesar de que coincidieron poco.
En el estreno de "Amanece que no es poco" en Madrid todo el cine se levantó para aplaudir esta escena famosa en que ambos actores hablan de "el libre albedrío", que viene aquí "pintiparado".
Amanece, que no es poco es una de las mejores películas del cine español.
Me hacía especial ilusión trabajar con Saza,
catalán como yo. En todos estos años jamás he coincidido con José
Sazatornil. Qué mundo más extraño. Una vez participamos ambos en
una misma película, Celos, amor y mercado común, pero ni nos
vimos. Aunque nos conocimos a inicios de los años sesenta y siempre
que teníamos tiempo nos íbamos a ver al teatro. Era de los pocos
actores a los que iba a saludar al camerino sin temor de hacerme
pesado, al menos yo sentía la existencia de una química especial.
JOSÉ
SAZATORNIL “SAZA”.- Fui a
hacer temporada teatral a Barcelona. Conversando con profesionales de
aquélla, me elogiaron mucho la existencia del humorista Cassen. Yo,
que soy muy curioso (y no me refiero sólo a limpio, sino que tengo
la seguridad de poseer una doble personalidad: Detective privado) me
intrigaron los comentarios y elogios. Con tal motivo un día, después
de la función de noche, ya de madrugada, acudí a la sala donde
estaba anunciado Cassen. Presencié su actuación quedando
maravillado de su gracia y gran personalidad. Al retirarse Cassen,
con gran ovación del público que llenaba el local, fui a su
encuentro para felicitarle; pero cual fue mi sorpresa, cuando vi que
él salía a mi encuentro, me había localizado mientras actuaba. A
distancia, recuerdo que ambos, con los brazos extendidos, exclamamos
a dúo: "CASSEN, SAZA" y a continuación un fuerte abrazo.
Lo recuerdo como si fuera ahora. (Entrevista de Sonia Sendra a José
Sazatornil “Saza”, 2 de abril de 2002.)
También me pareció curioso que nunca me hubieran
ofrecido el papel de cura. Hacía poco tiempo había escrito un guión
con Joan Bosch titulado El reverendo y la punki, que no se
llegó a realizar. No obstante, aquel cura nada tenía que ver con el
de José Luis Cuerda y su Amanece, que no es poco. Mi cura era
un buen tipo, muy humano, progresista, que se cruza en el camino de
una punki e intenta redimirla. El de Cuerda era un cura con verdadera
vocación y un erudito, con visiones predictivas. Reconozco que en la
primera lectura no entendí nada, pero no podía parar de reír.
“SAZA”.-
Cassen y yo tuvimos la misma reacción al leer el guión. Cuando nos
vimos en el rodaje y nos abrazamos, recuerdo que a dúo dijimos: "A
ver si me la cuentas". Estábamos de acuerdo en muchas cosas,
por no decir en todas. Como persona Cassen era estupendo. Todo un
señor. Y como profesional ¡total! Su humor era limpísimo, como
salido de la lavadora.